7:42 | Autor Iglesia Hogar
Gracias a la Colaboración de Marina Ibarlucea, podemos apreciar la importancia del Rezo del Santo Rosario!!!


La fuerza del Rosario

A lo largo de la historia se ha visto como el rezo del Santo Rosario pone al demonio fuera de la ruta del hombre y de la Iglesia. Llena de bendiciones a quienes lo rezan con devoción. Nuestra Madre del Cielo ha seguido promoviéndolo, principalmente en sus apariciones a los pastorcillos de Fátima.

El Rosario es una verdadera fuente de gracias. María es medianera de las gracias de Dios. Dios ha querido que muchas gracias nos lleguen por su conducto, ya que fue por ella que nos llegó la salvación.

Todo cristiano puede rezar el Rosario. Es una oración muy completa, ya que requiere del empleo simultáneo de tres potencias de la persona: física, vocal y espiritual. Las cuentas favorecen la concentración de la mente.

Rezar el Rosario es como llevar diez flores a María en cada misterio. Es una manera de repetirle muchas veces lo mucho que la queremos. El amor y la piedad no se cansan nunca de repetir con frecuencia las mismas palabras, porque siempre contienen algo nuevo. Si lo rezamos todos los días, la Virgen nos llenará de gracias y nos ayudará a llegar al Cielo. María intercede por nosotros sus hijos y no nos deja de premiar con su ayuda. Al rezarlo, recordamos con la mente y el corazón los misterios de la vida de Jesús y los misterios de la conducta admirable de María: los gozosos, los dolorosos, los luminosos y los gloriosos. Nos metemos en las escenas evangélicas: Belén, Nazaret, Jerusalén, el huerto de los Olivos, el Calvario, María al pie de la cruz, Cristo resucitado, el Cielo, todo esto pasa por nuestra mente mientras nuestros labios oran.

Las Letanías
El Rosario no es una oración litúrgica, sino sólo un ejercicio piadoso. Las Letanías forman una parte oficial de la liturgia en cuanto que las invocaciones reciben permiso de la Santa Sede. Se cree que su origen fue, probablemente, antes del siglo XII.

La forma actual en la que las rezamos se adoptó en el santuario mariano de Loreto, en Italia y por eso se llama Letanía lauretana. En 1587, el Papa Sixto V la aprobó para que la rezaran todos los cristianos. Todos los cristianos hemos recurrido a la Virgen en momentos de alegría llamándola “Causa de nuestra alegría”, en momentos de dolor diciéndole “Consoladora de los afligidos”, etc.
Podemos rezar las Letanías con devoción, con amor filial, con gozo de tener una Madre con tantos títulos y perfecciones, recibidos de Dios por su Maternidad divina y por su absoluta fidelidad. Al rezarlas, tendremos la dicha de alabar a María, de invocar su protección y de ser ayudados siempre ya que la Virgen no nos deja desamparados.



ROSARIO EN CADENA - SÁBADO 15 - HORARIOS CUBIERTOS: 6.00 - 6.30 - 8.00 -10.00 - 10.30 - 11.00 - 13.30 - 14.00 - 14.30 - 18.00 -18.30 - 20.00 - 21.00 - 22.00. PUEDEN ANOTARSE EN LOS RESTANTES DE 00 A 24 HS - RECUERDEN QUE SE PUEDE REALIZAR DESDE CUALQUIER LUGAR. NOS ENCONTRAMOS EN LA ORACIÓN Y QUE LA VIRGEN LOS BENDIGA MUCHO!!!



REZO DEL SANTO ROSARIO

de Parroquia San José Balcarce, el Lunes, 10 de octubre de 2011, 20:09
V. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R. Amén.
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre...
R. Como era en el principio...
Los misterios que hemos de contemplar son
Lunes y Sábados:
LOS MISTERIOS GOZOSOS
Primer misterio:La Anunciación y Encarnación del Hijo de Dios en las purísimas entrañas de la Virgen María.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
[Al final de cada misterio suele decirse:]
Dios te salve, María, Hija de Dios Padre; Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo; Dios te salve María, Esposa del Espíritu Santo. Templo y sagrario de la santísima Trinidad, no permitáis, Señora, que ningún cristiano viva ni muera en pecado mortal ni venial. Amén.
Segundo misterio: La Visitación de María Santísima a su prima Santa Isabel
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Tercer misterio: El nacimiento del Niño Jesús en el pobre y humilde portal de Belén.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Cuarto misterio: La Purificación de la Virgen María y Presentación del Niño Jesús en el Templo.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Quinto misterio: El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Jueves:
LOS MISTERIOS LUMINOSOS
Primer misterio: El bautismo de Jesús en el río Jordán.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Segundo misterio: Jesús y María en las bodas de Caná.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Tercer misterio: Jesús anuncia el Reino de Dios e invita a la conversión.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Cuarto misterio: La transfiguración de Jesús en el monte Tabor.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Quinto misterio: La institución de la Eucaristía.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Martes y Viernes:
LOS MISTERIOS DOLOROSOS
Primer misterio: La oración de Jesús en el huerto de Getsemaní.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Segundo misterio: La flagelación de Jesús, atado a la columna.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Tercer misterio: Jesús es coronado de espinas.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Cuarto misterio: Jesús con la cruz a cuestas, camino del Calvario.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Quinto misterio: La crucifixión y muerte de Jesús.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Miércoles y Domingos:
LOS MISTERIOS GLORIOSOS
Primer misterio: La Resurrección del Señor.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Segundo misterio: La Ascensión del Señor al cielo.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Tercer misterio: La venida del Espíritu Santo sobre el Colegio apostólico.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Cuarto misterio: La Asunción de Nuestra Señora al cielo.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
Quinto misterio: La coronación de la Virgen María como Reina del universo.
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
[Terminado el rezo de los misterios correspondientes, suele saludarse a la Virgen en sus "tres purezas" y recitarle la Salve:]
V. Virgen purísima antes del parto.
R. Purifica nuestros pensamientos.
Avemaría
V. Virgen purísima en el parto.
R. Purifica nuestras palabras.
Avemaría
V. Virgen purísima después del parto.
R. Purifica nuestras obras y deseos.
Avemaría
Para más obligar a la Virgen santísima, saludémosla con una "Salve": Dios te salve...
Letanía lauretana
Señor, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Señor, ten piedad
Cristo, óyenos
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Cristo, escúchanos
Dios Padre celestial
Ten misericordia de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo
Ten misericordia de nosotros
Dios Espíritu Santo
Ten misericordia de nosotros
Trinidad Santa, un solo Dios
Ten misericordia de nosotros
Santa María
Ruega por nosotros
Santa Madre de Dios
Ruega por nosotros
Santa Virgen de las vírgenes
Ruega por nosotros
Madre de Cristo
Ruega por nosotros
Madre de la divina gracia
Ruega por nosotros
Madre purísima
Ruega por nosotros
Madre castísima
Ruega por nosotros
Madre virginal
Ruega por nosotros
Madre sin corrupción
Ruega por nosotros
Madre Inmaculada
Ruega por nosotros
Madre amable
Ruega por nosotros
Madre admirable
Ruega por nosotros
Madre del buen consejo
Ruega por nosotros
Madre del Creador
Ruega por nosotros
Madre del Salvador
Ruega por nosotros
Madre de la Iglesia
Ruega por nosotros
Virgen prudentísima
Ruega por nosotros
Virgen digna de veneración
Ruega por nosotros
Virgen digna de alabanza
Ruega por nosotros
Virgen poderosa
Ruega por nosotros
Virgen clemente
Ruega por nosotros
Virgen fiel
Ruega por nosotros
Espejo de justicia
Ruega por nosotros
Trono de sabiduría
Ruega por nosotros
Causa de nuestra alegría
Ruega por nosotros
Vaso espiritual
Ruega por nosotros
Vaso digno de honor
Ruega por nosotros
Vaso insigne de devoción
Ruega por nosotros
Rosa mística
Ruega por nosotros
Torre de David
Ruega por nosotros
Torre de marfil
Ruega por nosotros
Casa de oro
Ruega por nosotros
Arca de la alianza
Ruega por nosotros
Puerta del cielo
Ruega por nosotros
Estrella de la mañana
Ruega por nosotros
Salud de los enfermos
Ruega por nosotros
Refugio de los pecadores
Ruega por nosotros
Consuelo de los afligidos
Ruega por nosotros
Auxilio de los cristianos
Ruega por nosotros
Reina de los ángeles
Ruega por nosotros
Reina de los patriarcas
Ruega por nosotros
Reina de los profetas
Ruega por nosotros
Reina de los apóstoles
Ruega por nosotros
Reina de los mártires
Ruega por nosotros
Reina de los confesores
Ruega por nosotros
Reina de las vírgenes
Ruega por nosotros
Reina de todos los santos
Ruega por nosotros
Reina concebida sin pecado original
Ruega por nosotros
Reina elevada al cielo
Ruega por nosotros
Reina del santo rosario
Ruega por nosotros
Reina de la familia
Ruega por nosotros
Reina de la paz
Ruega por nosotros
Reina de la Orden Franciscana
Ruega por nosotros
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
Perdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
Escúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo
Ten misericordia de nosotros.
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.
Oremos:
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
O bien, cuando se rezan los misterios gozosos:
Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
O bien, cuando se rezan los misterios luminosos:
Dios todopoderoso y eterno, luz de los que en ti creen, que la tierra se llene de tu gloria y que te reconozcan los pueblos por el esplendor de tu luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
O bien, cuando se rezan los misterios dolorosos:
Señor, tú has querido que la Madre compartiera los dolores de tu Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
O bien, cuando se rezan los misterios gloriosos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
V. Ave María Purísima.
R. Sin pecado concebida.
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