En primer lugar, a las 14, Monseñor Marino fue recibido en la Capilla San Martín de Porres en la ruta 2, km -395,5 y desde allí fue escoltado por una caravana de autos hasta la intersección de Hipólito Yrigoyen y San Martín. A las 15 descendió del auto, y lo aguardaban decenas de jóvenes que con palmas en las manos lo saludaron y le dieron la bienvenida mientras se trasladaba, acompañado por ellos- a la puerta de la Catedral. En las escalinatas lo esperaba el, hasta hoy, administrador diocesano, Monseñor Armando Ledesma y los más de cien sacerdotes que estuvieron en la misa. Marino besó la cruz, y luego llegó hasta las vallas para rociar con agua bendita a los que se encontraban ahí. Con alegría la gente lo saludó y le expresó su afecto. Posteriormente ingresó al templo para iniciar la misa.
El arzobispo metropolitano, Monseñor Héctor Agüer, pidió que se lea la bula pontificia en la que Benedicto XVI nombra a Antonio Marino como obispo local. Luego hizo que se sentara en la sede – el sillón que está detrás del altar- y le entregaron el báculo; a partir de ese instante Marino comenzó a ser el Obispo de Mar del Plata. Monseñor Armando Ledesma, una religiosa y un laico le dirigieron unas palabras de bienvenida. Con el aplauso y la alegría de todos los presentes inició la celebración de la eucaristía.
En la toma de posesión, concelebraron 18 obispos, entre ellos el arzobispo de Paraná, Monseñor Juan Alberto Puiggari y también asistió el Cardenal emérito, Estanislao Karlic. En representación del Nuncio Apostólico estuvo el obispo Robert Murfi. Los sacerdotes de la diócesis junto a los de otras partes del país, eran 120. También estuvo, en representación del Gobernador de Buenos Aires, Enrique Moltoni, Ministro provincial de culto; el Intendente de General Pueyrredón, Gustavo Pulti, y otras autoridades civiles y de las fuerzas de seguridad, empresarios, entre otros.
En su homilía Marino se dirigió a los católicos y a los que están alejados
Durante su homilía, Monseñor Antonio Marino, expresó “en este día trascendente en que soy llamado a presidir esta querida diócesis como su sexto obispo, quedo comprometido a revivir en mi vida el amor de Cristo Esposo con la Iglesia esposa, e imploro la asistencia del Espíritu del Señor sobre todos ustedes y sobre mí”.
Y luego habló de los prelados que lo precedieron, y mencionó que excepto a Monseñor Rau –el primer obispo de la diócesis– a todos los conoció y trató. Recordó especialmente al Cardenal Eduardo Pironio “fue mi primer e inolvidable rector en el Seminario Metropolitano de Buenos Aires” y de su predecesor, Monseñor Juan Alberto Puiggari manifestó que es para él “un gran amigo y un hermano sincero, de notables virtudes evangélicas y apostólicas”.
“Al Papa Benedicto XVI, que me ha elegido para ocupar esta sede marplatense, deseo expresarle mi gratitud y mi plena adhesión a las orientaciones de su magisterio” manifestó y luego agradeció a todos la presencia y compañía en esta eucaristía. “Me dirijo en especial a todas las categorías de fieles de la diócesis de Mar del Plata, desde hoy mis queridos hijos. Abrazo y bendigo, ante todo, a cada uno de los presbíteros, mis estrechos colaboradores”, también se dirigó a los diáconos, a los religiosos, a los laicos y muy en especial habló a los jóvenes “deseo encontrarme con ustedes para decirles más detenidamente: ¡Abran de par en par las puertas a Jesucristo, el gran viviente y eternamente joven! No cedan a las seducciones de la moda. No se dejen arrastrar por la corriente. Él es el único Salvador y no los defraudará”.
“Respecto de los que no creen o están distanciados de la Iglesia, por cualquier motivo, cito un pasaje de mi primer mensaje pascual a esta diócesis: los respeto a todos y a todos los invito; nadie que esté animado de buena voluntad me resulta indiferente. A todos incluyo en mi sincera oración. En este obispo sólo encontrarán convicciones, pero nunca menosprecio ni palabras de arrogancia”. Por último, en sus palabras, pidió a los fieles ser testigos de esperanza, ante todo con los gestos e iniciativas, “en medio del oscurecimiento de las verdades esenciales que fundan la sociedad humana, ante la noche ética de nuestro tiempo y el politeísmo de los valores”.
Al finalizar la toma de posesión, el nuevo Obispo de Mar del Plata, con sencillez y con mucha alegría, estuvo durante más de una hora y media saludando personalmente a cada uno de los que quisieron acercarse y expresarle un mensaje de bienvenida. Lo hicieron las autoridades, e invitados pero también todos los fieles católicos.
Entrega de la escritura de la Iglesia Catedral
Al finalizar la Santa Misa, Enrique Moltoni, entregó la escritura de la Iglesia Catedral al nuevo Obispo y destacó que, en el marco del plan de regularización dominial, es una de las 150 que ya han entregado a los templos de la Provincia y que para fin de año esperan llegar a las 200. Recordó especialmente la entrega de la de la Basílica de Luján, el pasado 8 de diciembre.
Oficina de Prensa | Obispado de Mar del Plata
Pasaje Catedral 1750 PB
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