0:38 | Autor Iglesia Hogar




Con más de 800 representantes de todas las parroquias, capillas, movimientos y colegios de la Iglesia Católica de Mar del Plata, se realizó el pasado fin de semana el Congreso Diocesano de la Familia. Durante los tres días hubo exposiciones, trabajos en grupos y en talleres que permitieron profundizar en diversos aspectos de la temática familiar. Uno de los momentos más fuertes fue la marcha desde el Colegio Santa Cecilia, la vigilia de oración realizada en la Catedral, y la misa posterior.



El Obispo de Mar del Plata, Monseñor Juan Alberto Puiggari, estuvo presente durante todo el desarrollo del encuentro. Puiggari brindó una charla el sábado por la mañana en la que expresó, “vivimos en una cultura relativista y secularista que afecta muy seriamente a la familia, hoy todo contribuye a cambiar a la verdadera familia. Ésta nos hace libres, no nos esclaviza, es un don de Dios. Sin duda es la hora de la familia” y luego agregó, “si nosotros destruimos a la familia, estamos destruyendo la capacidad de amar plenamente, y el hombre sin amor no puede existir”. Asimismo el Obispo, enumeró una serie de elementos a tener en cuenta para restaurar la familia: “recuperar la dimensión religiosa y el valor del domingo; educar en la verdad, crear canales de diálogo, y en especial no condenar el mundo del joven, acercarnos a ellos; desplegar la creatividad el amor a través del espíritu de solidaridad, la comprensión y el perdón”.




El matrimonio de Paola y Héctor Delbosco, prestigiosos filósofos y pedagógos, brindaron dos animadas charlas a todos los participantes del Congreso. “La familia es una gran academia para aprender a amar y es el lugar más eficaz para la transmisión de valores, por eso decimos que ella ofrece a la sociedad un aporte extraordinario. La familia no es una cosa del pasado, es algo de hoy, incluso todos nosotros estamos vivos porque alguien antes de que nos diéramos cuenta nos ha cuidado dentro de un ámbito social, y por eso es tan importante la familia” explicó Paola y sentenció, “vivimos en una cultura individualista donde siempre me toca a mí”. Por su parte su esposo Héctor Delbosco, consideró “no sólo los cristianos creemos en el valor de la familia. El problema existencial del ser humano es el amor, hacerse capaz de amar no es automático, hay que aprender”. Luego manifestó “el amor humano pide ser para siempre, ¿quién quiere que le digan te quiero pero por ahora?”.


Uno de los momentos más importantes del Congreso Diocesano de la Familia fue la marcha que se realizó, desde el Colegio Santa Cecilia hasta la Iglesia Catedral. Luego en el templo mayor de la ciudad, se desarrolló la vigilia de oración en la que hubo emocionantes testimonios de tres familias; entre ellas la de los papás de Franco Castro, el joven asesinado en marzo, quienes hablaron de la esperanza y la fe en Dios a pesar del dolor por la muerte de su hijo. Posteriormente, y ante una Iglesia colmada de fieles que se acercaron a compartir este momento de oración, se realizó la Santa Misa presidida por Monseñor Puiggari.


Durante el congreso los participantes tuvieron espacios para dialogar y trabajar en grupos, también hubo doce talleres que versaron sobre distintos desafíos o problemáticas familiares de la actualidad: espiritualidad familiar, diálogo y comunicación, compromiso social, divorciados en nueva unión, sexualidad, medios de comunicación, situaciones límite y contención, educación de los hijos, entre otras. “El fruto del encuentro son las sugerencias pastorales para el ámbito de la pastoral familiar que el Obispo revisará y aprobará para que orienten los próximos tres años en nuestra Diócesis” explicó el Presbítero Gabriel Mestre, presidente de la comisión ejecutiva del Congreso.

Oficina de Prensa | Obispado de Mar del Plata

Pasaje Catedral 1750 PB


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