15:17 | Autor Iglesia Hogar

Decenas de docentes católicos llegados de las distintas ciudades de la diócesis de Mar del Plata, se reunieron en Necochea para comenzar con una misa, el ciclo lectivo 2010. La celebración, organizada por la Junta Regional de Educación Católica (JUREC), se realizó en la Parroquia Santa María del Carmen, y fue presidida por el Obispo diocesano, Monseñor Juan Alberto Puiggari, concelebrada por el Presbítero Silvano De Sarro, presidente de la JUREC, y por varios sacerdotes de la zona.

El Obispo en su homilía, habló de la vocación de los educadores, y dijo “Dios pensó, desde toda la eternidad que hacía falta alguien para la educación en Argentina, en la Diócesis de Mar del Plata, para que educara a sus hijos. Y para esa misión decidió crear, hombres y mujeres con determinadas condiciones para la educación. Por eso me gusta insistir que la educación es una vocación. En la educación hay una responsabilidad mayor, porque la educación hace al hombre. Es una tarea maravillosa que el niño, la niña, los jóvenes, puedan llegar a realizar en plenitud su vocación, y también da la posibilidad de que se desarrolle ese varón y esa mujer para que alcance su fin, y su fin último que es el cielo. Nos hace bien ver la grandeza de la misión que Dios nos ha dado, y la responsabilidad”.

“Hoy tenemos que tener el gran desafío de llegar al corazón de los chicos. Por eso la clave educativa, pensando en san Juan Bosco, está en el amor a los alumnos. Cristianamente no podemos educar si no amamos, no podemos ver a los chicos como nuestros enemigos que nos hacen sufrir. Los chicos son nuestros hijos que amamos profundamente, que sabemos que están en dificultades, y por eso mismo los amamos y le pedimos la gracia a Dios. Es Dios quien educa, son sus hijos, nosotros somos instrumentos, es temerario pensar que podemos solos”, manifestó Monseñor Puiggari.

Para finalizar la homilía, pidió a todos los educadores católicos “por eso recemos, pidamos, que nos importen los chicos, y en especial los que tienen problemas, que no seamos indiferentes. No trabajamos con cosas, me tiene que doler el chico que no estudia, que es rebelde. Como decía San Juan Bosco, cuando yo reto, al primero que me tiene que doler es a mí, y luego demostrar al chico que lo hago porque lo amo, no porque estoy con cólera y enojado. Cada día tenemos que dejar algo en el corazón de nuestros jóvenes”, y luego insistió, “trabajen mucho en recrear el clima de familia en sus escuelas; el gran desafío, es rehacer el vínculo entre la escuela y la familia de los chicos, que a veces está tan deteriorado”.

Al concluir la celebración, el presbítero Silvano De Sarro, agradeció a todos los educadores católicos presentes, a quienes organizaron en Necochea, y a los que no pudieron hacerse presentes, pero enviaron sus saludos como la Inspectora jefe regional, Sandra Gabriela Salvi. “Que el Señor nos conceda un año de intenso trabajo y compromiso donde la familia sea nuestro gran objetivo, desde la educación que es nuestra tarea cotidiana, a la cual el Señor nos ha llamado desde toda la eternidad” puntualizó De Sarro.

Oficina de Comunicaciones

Junta Regional de Educación Católica

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