Próxima canonización del Padre Coll, fundador de las Dominicas de la Anunciata
El beato Francisco Coll y Guitart, religioso dominico, misionero y fundador de la Congregación religiosa de las Dominicas de la Anunciata, es uno de los diez beatos que serán canonizados próximamente por el Papa Benedicto XVI.
Tal como informaba el martes OMPRESS, mañana sábado, 21 de febrero, a las 11:00, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, tendrá lugar un consistorio ordinario público en el que se anunciará la canonización de estos diez beatos, entre los que también se encuentra el español Rafael Arnáiz Barón, religioso cisterciense, más conocido en España como Hermano Rafael.
Francisco Coll y Guitart, sacerdote de la Orden de los Frailes Predicadores (Dominicos), fundador de la Congregación de las Dominicas de la Anunciación de la Bienaventurada Virgen María, nace en Gombrèn (Gerona) el 18 de mayo de 1812, siendo el décimo y último hijo de un cardador de lana.
Ya en un primer momento de su vida se dedicó a la formación de los niños, simultaneándola con su formación hacia el sacerdocio en el seminario de Vic, Barcelona, donde había ingresado en 1823.
Por una clara inspiración de Dios entra en la Orden de Predicadores en el convento de Gerona en 1830 y allí vive y hace la profesión solemne y recibe el diaconado, hasta que en 1835 la exclaustración de los religiosos le obliga a vivir fuera del convento, si bien nunca renunció a su profesión dominicana, sino que la vivió con aún mayor intensidad.
Con el consentimiento de sus superiores recibe el presbiterado con el «título de pobreza» en 1836 y fue destinado al ministerio parroquial y enseguida a la predicación itinerante, como le pedía su carisma dominicano. Pasó cuarenta años de intensa predicación en toda Cataluña, bien en misiones populares, bien en grupos, bien solo y fue instrumento importante de la renovación religiosa de aquella sociedad. Su predicación fue de gran fidelidad al Evangelio y de una fácil superación de las circunstancias adversas con gran fe en la vida eterna.
Nombrado director de la Orden seglar dominicana en 1850 tuvo en sus manos el instrumento jurídico para poner remedio a una necesidad urgente de su época y de su región; la formación cristiana de las jóvenes en los lugares más pobres y desatendidos y así puso el fundamento de la congregación de Hermanas Dominicas de la Anunciata en 1856.
Enfermo desde 1869 de achaques diversos, como la ceguera y pérdida de las facultades mentales, murió en Vic (Barcelona) el 2 de abril de 1875 y allí se venera su cuerpo en la casa madre de la congregación.
Fue beatificado solemnemente por Juan Pablo II el 29 de abril de 1979.
La Congregación de las Dominicas de la Anunciata, congregación muy misionera, fundada por Francisco Coll, está presente en más de 20 países y cuenta con cerca de 1.200 religiosas.
revistaecclesia
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